PRESENTADO EL CARTEL OFICIAL DE LA HERMANDAD DE ESTE AÑO
En la tarde de ayer, la cofradía de Ntro. Señor de las Penas, realizaba el que era el primero de los pregones de esta cuaresma recién estrenada. El encargado de ponerle voz a esos XX años que se conmemoran este 2013, fue D. Francisco de Asís Pajarón, amigo y colaborador de Ciudad Real Cofrade, el cual nos ofreció un maravilloso pregón, desde la sabiduría y el sentimiento cofrade. Desde estas líneas queremos dar la enhorabuena tanto a la hermandad por su elección, como al pregonero, por deleitarnos con la magia de sus palabras.
También fue presentado el cartel oficial que anunciará la estación de penitencia de este año, y que es obra de D. Pedro Pablo López Hervás, al cuál también damos nuestra más sincera enhorabuena por la obra de arte, en estado puro con la que ha obsequiado a toda la Ciudad Real Cofrade.
A continuación, les dejamos la explicación del mismo, según las propias palabras del autor:
"En esta obra que os traigo, he querido guardar un mensaje distinto al que contienen habitualmente los carteles de nuestras hermandades, si bien es que la corporación a la que representa también es distinta, es especial...
Guarda una similitud con los dos personajes principales del soberbio cuadro del Entierro del Conde de Orgaz, de ahí que la mayoría lo relacionéis con un estilo manierista o "grequiano" y estos dos personajes que aparecen en primer término son los verdaderos protagonistas de la composición. No son desconocidos para nosotros.
A la izquierda, Santo Tomás de Villanueva, patrón de nuestra Diócesis y titular de la sede canónica de esta corporación...a la derecha, San Juan de Ávila, nuestro Doctor más cercano. Uno revestido de mitra pluvial en su condición de obispo, y otro con la casulla prebisteral y el bonete español. Ambos aparecen incensando al Señor de las Penas, cuyo frontal se sumerge en una nube de incienso que apenas dibuja las líneas del paso...Así pues estos dos santos, nos están recordando que a través de la piedad y la fe podemos alcanzar a Dios.
Por eso la figura del Señor se recorta en el cielo, iluminada por la luz flamante de los dos faroles y por la luna llena de Parasceve que aparece entre las nubes para ser testigo de la escena.
Los árboles que enmarcan la escena son la antítesis de la vida y la muerte, recordando que Cristo a través de su muerte, redimió al mundo.
La torre de nuestra Catedral, símbolo inconfundible de nuestra ciudad, faro que la ilumina desde cualquier sitio, y templo al que todos peregrinamos para ver a nuestra Madre del Prado.
El guiño al Carmelo y al presente año de la fe se incluye en la naveta que porta el monaguillo, asemejándose a las navetas antiguas, que con todos sus detalles, eran verdaderos navíos"
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